No os creáis que nos hemos vuelto locas...
Quizás fue así cuando compramos estas discretas camisas.
En aquellos tiempos tenía su gracia... pero ya era hora de deshacerse de ellas y renovar el armario.
Y como siempre, no las tiramos si no que decidimos seguir usándolas pero no para ponérnoslas, si no para sentarnos en ellas, tapizando éstas sillas que compramos en su día como solución anticrisis, pero no como referente del buen gusto...
Y como nos sobró tela, y rondaba este reposapiés por casa, lo tapizamos también para darle un aire menos clásico.
El resultado de esta arriesgada idea ha sido éste, ¿qué os parece?
¡Esperamos que os guste!
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