Encontramos esta cajonera en una tienda y nos encantó. Venía sin tratar, así que ofrecía múltiples posibilidades.
Quitamos las bisagras y demás accesorios y lijamos y limpiamos los restos como siempre, para pintarla con un blanco mate.
Lijamos las esquinas para quitarle uniformidad al blanco y decoramos las puertas con unas servilletas que nos gustaban. Teñimos con betún de judea diluído con bastante aguarrás para que no tiñera demasiado y por último le dimos unas capas de goma laca.
Ha quedado un mueble perfecto para el salón.
... Lástima que sea tan pequeño.
Un abrazo, y ¡feliz fin de semana!
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