Nuestros mayores tesoros son los que nos ayudan a trasladarnos a alguna situación o nos acercan, por un instante, a alguna persona importante en nuestras vidas.
Más si cabe, cuando esos recuerdos evocan a personas que queremos tener presentes siempre.
Hoy queremos compartir con vosotr@s una idea diferente de conservar uno de esos bienes tan preciados:
Esta caligrafía perteneció a mi padre;
desde pequeña me ha llamado increíblemente la atención la perfección de la escritura;
sobre todo, teniendo en cuenta que cuando cubrió este cuadernillo, tenía tan sólo unos 11 añitos y no eran precisamente bolis lo que se usaban en las escuelas de entonces...
Decidí llevarla a una tienda de marcos y molduras para que la enmarcaran en un cuadro (tipo cajón) así no se estropearía y es una forma de decorar y tener un hermoso recuerdo de mi padre muy presente.
¡Esperamos haberos inspirado!
Un abrazo
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