Hacía tiempo que buscábamos una silla vintage como la de la foto; de estilo sobrio y líneas curvas en respaldo y patas. Así que, cuando la encontramos en un mercadillo (a muy buen precio), no dudamos en comprarla:)
Lo primero que hicimos fue quitar la tela y la espuma del tapizado. A decir verdad, la espuma casi se "desintegró" en nuestras manos, tras eliminar la tela, ya que estaba en muy mal estado debido al paso del tiempo y a la humedad.
El siguiente paso que tocaba era la siempre entretenida y agradecida tarea de decapar (que, por si no os lo habíamos dicho antes, aprovechamos para decíroslo ahora...¡¡¡ es agotadora!!!).
Eso sí...las horas que nos llevó decapar el mueble merecieron la pena, porque la madera que se ocultaba debajo de tanto barniz y tanto brillo, era realmente bonita.
Para fijar bien las uniones utilizamos cola de madera (queda transparente una vez seca) y presillas para ejercer presión. La dejamos un día entero sin tocar.
Como nos esmeramos tanto en la tarea del decapado, no hizo falta capa de imprimación, si no que directamente dimos una única capa de pintura (en blanco roto) y lijamos alguna zona para darle un aspecto desgastado. Como protección, una capa de cera para muebles. Después colocamos espuma nueva en asiento y respaldo (ésta última de un grosor inferior).
Lo último que nos quedaba era tapizar con tela. Elegimos ésta de rayas en tonos azules y malvas que ya habíamos usado, si recordais, para tapizar una cajonera hace unas entradas.
Estirándola con cuidado y grapándola a la estructura de la silla. Para ocultar las grapas utilizamos una pasamanería en tono azul que fuimos pegando con cola.
(*) Por cierto, las uñas pintadas de la foto no fueron intencionadas...más bien todo lo contrario. Con las prisas de terminar el mueble se nos olvidó quitar el esmalte y luego tuvimos casi casi que "decaparlas" para quitar los restos de cola :(((
¡Y el resultado es esta preciosa silla estilo vintage que esperamos os guste!
¡Un abrazo y feliz semana!