Hace unas semanas una amiga nos encargó un espejo para un pequeño rincón de la habitación de su hija de seis años Julia.
Teníamos claro que el espejo tenía que tener un aire infantil y que el color debía ser el mayor protagonista.
Así que nos hicimos con un espejo con un marco suficientemente ancho,
buscamos papeles con distintos motivos y colores para combinarlos y recortamos figuras de ilustraciones...lo encolamos y barnizamos y éste fue el resultado:
Un espejo que parece salido de un cuento, dónde esperamos que a Julia le guste mirarse.Un abrazo a tod@s.
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